Históricamente, la resiliencia se veía como una respuesta rápida, casi improvisada, ante la crisis. Sin embargo, este enfoque ha evolucionado hacia una capacidad estratégica permanente que prepara a las organizaciones para enfrentar cualquier desafío que pueda surgir.

Hace dos décadas, cuando en ORCA empezamos en la consultoría basada en riesgos, los procesos de debida diligencia eran casi una mera lista de verificación: se asumía que todos los terceros presentaban el mismo nivel de riesgo, y que las organizaciones se contentaban con cumplir con un estándar mínimo.

Tras trabajar con varias organizaciones en gestión de riesgos, se comprende que la mitigación es una de las opciones más recurridas para tratar con el riesgo, y esta a su vez dependen de la efectividad de sus controles.

Era un día como cualquier otro en TechParts: los informes de producción estaban al día, los pedidos llegaban sin contratiempos y la confianza en la operación era alta. Sin embargo, detrás de las paredes de uno de sus principales proveedores, se escondían deficiencias que amenazaban con desestabilizar toda la cadena productiva.

La gestión de riesgos de contratos es una pieza fundamental en el funcionamiento eficiente de cualquier gran compañía. Para los directivos, entender y capitalizar las oportunidades en este ámbito puede significar la diferencia entre un negocio próspero y uno que lucha contra constantes desafíos legales y operacionales.