En las últimas dos décadas, la práctica de Gobernanza o Gobierno corporativo, Riesgos y Cumplimiento (conocida por su acrónimo GRC) ha experimentado una transformación radical, no solo a nivel mundial, sino específicamente en México.
Lo que comenzó como un enfoque normativo centrado en el cumplimiento de regulaciones locales, ha evolucionado hacia un modelo integral que coloca la gestión de riesgos en el centro de las decisiones estratégicas.
En este contexto, las organizaciones mexicanas han adoptado cada vez más marcos de GRC para alinearse con las mejores prácticas internacionales, impulsadas por la necesidad de operar en mercados altamente regulados y competitivos.
Hoy en día, la práctica de GRC en México es mucho más que un cumplimiento normativo básico; es una herramienta estratégica que integra la gobernanza corporativa, la gestión de riesgos y el cumplimiento normativo para fortalecer la resiliencia organizacional.
Desde sectores como el financiero hasta el energético, la evolución de GRC en México ha demostrado ser crucial para garantizar no solo la continuidad operativa, sino también el crecimiento sostenible en un entorno en constante cambio.
Uno de los principales motores de la evolución de GRC en México ha sido la transición hacia un enfoque centrado en la gestión de riesgos.
En los primeros años del siglo XXI, el enfoque tradicional de GRC en muchas organizaciones mexicanas estaba limitado al cumplimiento normativo, con poca atención a la identificación y mitigación de riesgos a nivel operativo o estratégico.
Sin embargo, a medida que el entorno empresarial se volvía más incierto y las amenazas se diversificaban, la necesidad de gestionar proactivamente los riesgos se volvió prioritaria.
El enfoque en riesgos permitió a las organizaciones mexicanas anticiparse a amenazas emergentes, desde ciberataques hasta cambios regulatorios y fluctuaciones económicas. En sectores como el financiero o el retail, el enfoque en riesgos se convirtió en un componente central para garantizar la continuidad operativa.
Además, la adopción de normas internacionales, como la ISO 31 000 o el marco COSO, ha permitido a las organizaciones integrar la gestión de riesgos en todas las áreas del negocio, asegurando una visión más holística de su exposición a riesgos y mejorando su capacidad de respuesta.
Este cambio hacia un enfoque basado en riesgos no solo mejoró el cumplimiento normativo, sino que también proporcionó a las organizaciones una base sólida para la toma de decisiones estratégicas.
Ahora, las instituciones pueden evaluar y mitigar riesgos desde una perspectiva más amplia, priorizando los de mayor impacto potencial y gestionando recursos de manera más eficiente.
Otro aspecto clave en la evolución de GRC en México ha sido la diversificación y especialización en industrias específicas.
A medida que más sectores adoptaron prácticas de GRC, la experiencia en industrias clave se convirtió en una ventaja competitiva; veamos algunos casos particulares:
La diversificación de la experiencia en GRC dentro de estos sectores ha permitido que las empresas desarrollen enfoques más especializados y efectivos.
Los marcos de GRC se adaptaron a las particularidades de cada industria, brindando una ventaja competitiva a las organizaciones que han podido mitigar riesgos de manera más precisa y cumplir con los requisitos regulatorios de manera más ágil.
A medida que la tecnología avanzaba, la gestión de riesgos y el cumplimiento también se beneficiaron del uso de plataformas tecnológicas especializadas en GRC.
En los primeros años, muchas organizaciones en México optaban por soluciones on-premise, en las que el software de GRC se instalaba y gestionaba dentro de la infraestructura tecnológica de la empresa.
Si bien este modelo ofrecía un alto grado de control, también tenía desventajas notables, como altos costos de implementación, largos tiempos de despliegue y la necesidad de mantenimiento continuo.
Sin embargo, en los últimos años, hemos sido testigos de una migración masiva hacia modelos SaaS (Software as a Service, o programa como servicio), donde las soluciones de GRC se ofrecen en la nube, permitiendo a las organizaciones mexicanas reducir significativamente los costos de infraestructura y tiempos de implementación.
Los beneficios del modelo SaaS incluyen:
Además, estas plataformas permiten integrar fácilmente otras soluciones de gestión de riesgos y cumplimiento, como el Third-Party Risk Management (TPRM) que no es otra cosa que la administración o gestión de riesgos de proveedores u otros terceros, lo que da a las organizaciones una visión más completa de su ecosistema de riesgos.
La adopción del modelo SaaS ha permitido a las organizaciones mexicanas modernizar sus prácticas de GRC sin los costos y complejidades asociadas a los modelos tradicionales.
A lo largo de los últimos años, el mercado de GRC en México ha visto un auge en la comercialización de servicios de GRC que se pueden contratar de manera más sencilla y accesible, sin los largos procesos de compra que tradicionalmente acompañaban la implementación de tecnologías GRC más complejas.
La evolución de la que somos testigos, ha dado lugar a la posibilidad de contratar servicios por separado, lo que permite a las organizaciones mexicanas elegir exactamente qué necesitan, cuándo lo necesitan y cómo integrarlo con sus operaciones actuales.
Este enfoque de servicios más modulares y flexibles ha reducido significativamente los tiempos de implementación y ha permitido a las instituciones escalar sus prácticas de GRC a medida que sus necesidades crecen o cambian las normativas a las que deben cumplir.
Además, este nuevo enfoque ha democratizado el acceso a soluciones avanzadas de gestión de riesgos, cumplimiento y auditoría, ya que ahora empresas más pequeñas o medianas también pueden aprovechar estas herramientas sin necesidad de incurrir en costos prohibitivos o implementaciones extensas.
La evolución de GRC en México durante los últimos 20 años ha sido notable, desde su enfoque inicial en el cumplimiento normativo hasta convertirse en una herramienta estratégica centrada en la gestión de riesgos.
Esta evolución ha sido impulsada por la diversificación en múltiples industrias, el avance tecnológico y la transición hacia soluciones SaaS más flexibles y accesibles.
A medida que las organizaciones mexicanas —o aquellas que tienen operaciones en dicho territorio— continúan enfrentando un entorno regulatorio y de riesgos más complejo, la integración de GRC en sus operaciones no solo es necesaria, sino también una ventaja competitiva.
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