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Pasos clave para hacer una buena planeación de auditoría

Escrito por Equipo de Investigación ORCA | 13 de septiembre de 2024

Una planeación de auditorías efectiva es crucial para garantizar que los recursos, tiempos y objetivos de la auditoría se optimicen al máximo. Ya sea que se trate de una auditoría interna, externa, de cumplimiento normativo o de procesos, un buen plan asegura que se cubran todas las áreas críticas sin perder de vista los riesgos más relevantes.

Para organizaciones que operan en entornos altamente regulados o que manejan grandes volúmenes de información, una auditoría mal planificada puede resultar en pérdidas de tiempo, omisiones graves o incluso sanciones.

El éxito de una auditoría comienza mucho antes del día de la revisión. Se fundamenta en una planificación exhaustiva que considere todos los detalles, desde la identificación de los objetivos hasta la asignación de los auditores adecuados.

En este artículo, exploraremos los pasos clave para hacer una buena planeación de auditorías, permitiendo que tu organización no solo cumpla con los requisitos, sino que también optimice la eficiencia y mejore sus procesos.

 

Identificación de los objetivos de la auditoría

El primer paso esencial para una buena planeación de auditorías es tener una clara comprensión de los objetivos de la auditoría.

Sus objetivos determinan el enfoque de la auditoría y las áreas que recibirán mayor atención. Dependiendo del tipo de auditoría (operativa, financiera, de cumplimiento o de sistemas, por mencionar algunos), los objetivos pueden variar considerablemente. Veamos cada una de estas por separado:

  • Auditoría operativa: evaluará la eficiencia y eficacia de los procesos operativos dentro de la organización.

  • Auditoría de cumplimiento: el objetivo es verificar que la organización cumple con las normativas regulatorias, legales o internas que le son aplicables.

  • Auditoría financiera: busca asegurar que los estados financieros reflejan de manera fiel y precisa la situación económica de la entidad.

 

Tener claros los objetivos desde el principio permite asignar los recursos adecuados y garantizar que los resultados de la auditoría respondan a las necesidades reales de la organización.

 

Definir el alcance y el área de auditoría

Una vez definidos los objetivos, el siguiente paso es delimitar el alcance de la auditoría.

Es fundamental decidir qué áreas, departamentos o procesos serán auditados. Definir el alcance ayuda a evitar sobrecargas de trabajo y a concentrar los esfuerzos en áreas críticas para la organización.

Aquí un par de elementos imprescindibles:

  • Alcance detallado: este puede incluir procesos específicos, sistemas de control internos, políticas de cumplimiento o la revisión de transacciones particulares en un periodo definido.

  • Duración: determinar el tiempo que llevará cada fase de la auditoría. El uso de técnicas de muestreo también puede ser una herramienta eficaz para revisar partes representativas sin auditar la totalidad de los procesos.

 

Un buen control del alcance evitará la dispersión de esfuerzos y asegurará que la auditoría se ejecute de manera eficiente.

 

Selección del equipo de auditores

La selección de los auditores es otro paso crítico en la planeación de auditorías.

Contar con un equipo de auditores capacitados y especializados en las áreas a evaluar es vital para obtener resultados precisos y objetivos.

Al seleccionar el equipo, es esencial tener en cuenta:

  • Experiencia y especialización: los auditores deben ser expertos en el área específica que será auditada, como hemos revisado, por ejemplo finanzas, tecnología o cumplimiento normativo.

  • Independencia: para garantizar la imparcialidad, es importante que el equipo auditor no tenga intereses o relaciones personales con los departamentos o procesos auditados.

 

En organizaciones grandes, es recomendable tener auditores internos dedicados, mientras que, para auditorías más específicas o complejas, puede ser beneficioso contratar auditores externos. La mezcla de ambos enfoques puede proporcionar un nivel adicional de objetividad y experticia.

 

Desarrollo del plan de auditoría

El plan de auditoría es la hoja de ruta detallada que guía todo el proceso. Es crucial desarrollar un plan que incluya todas las etapas y tareas que se llevarán a cabo durante la auditoría.

Un buen plan de auditoría debe incluir:

  • Cronograma: establecer las fechas clave y las fases de la auditoría, desde la preparación hasta la entrega del informe final. Un cronograma claro asegura que cada etapa se complete en el tiempo previsto.

  • Tareas específicas: definir qué auditor realizará cada tarea y qué áreas de la organización serán evaluadas en cada fase.

  • Criterios de auditoría: determinar los estándares y normativas contra los cuales se evaluarán los procesos. Por ejemplo, en una auditoría de cumplimiento, los criterios pueden incluir normativas locales e internacionales, como las NIIF para auditorías financieras o la ISO 27 001 para auditorías de seguridad de la información.

 

El plan debe ser lo suficientemente flexible para adaptarse a posibles imprevistos, pero también riguroso para garantizar que todas las áreas relevantes se auditen de manera exhaustiva.

 

Comunicación y preparación con los departamentos auditados

Una auditoría será más eficiente si los departamentos auditados están bien informados y preparados para el proceso.

La comunicación es clave para asegurar la cooperación y reducir el tiempo dedicado a recopilar información durante la auditoría.

  • Notificación de auditoría: enviar una notificación formal a los departamentos que serán auditados, detallando el alcance, los objetivos y el cronograma. Esto les permite prepararse y reunir la documentación necesaria.

  • Reunión inicial: realizar una reunión con los responsables de los departamentos antes de la auditoría para aclarar dudas, explicar el proceso y asegurar su compromiso con el éxito de la auditoría.

 

Involucrar a los responsables desde el principio no solo facilita el trabajo de los auditores, sino que también prepara el terreno para la implementación de posibles mejoras basadas en los resultados de la auditoría.

 

Conclusión y cierre: presentación de resultados y seguimiento

Una vez finalizada la auditoría, el paso final es la presentación del informe de auditoría y el seguimiento de las recomendaciones.

El informe debe ser claro, preciso y proporcionar un resumen detallado de los hallazgos clave, así como recomendaciones accionables.

  • Informe final: debe incluir los resultados de la auditoría, las áreas de mejora identificadas y las acciones correctivas recomendadas.

  • Seguimiento de recomendaciones: establecer un plan de seguimiento para asegurar que las recomendaciones de la auditoría se implementen de manera oportuna y eficaz.

 

Un buen cierre de la auditoría no solo implica la entrega del informe, sino también la implementación de mejoras que permitan optimizar los procesos y mitigar los riesgos identificados.

 

La importancia de una buena planeación de auditorías

La planeación de auditorías es un proceso esencial para garantizar que las auditorías sean eficaces, exhaustivas y cumplan con sus objetivos.

Desde la definición de los objetivos hasta la entrega de los resultados finales, cada paso es clave para asegurar que el proceso no solo detecte fallas, sino que también proporcione oportunidades para mejorar los procesos y garantizar el cumplimiento normativo.

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