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Mitigación de riesgos operacionales: estrategias integrales

Escrito por Equipo de Investigación ORCA | 23 de septiembre de 2024

La mitigación de riesgos operacionales es un pilar fundamental para asegurar la continuidad y estabilidad de cualquier organización. Estos riesgos, que incluyen desde fallos tecnológicos hasta errores humanos y desastres naturales, tienen el potencial de interrumpir procesos clave, impactar en la rentabilidad y afectar la reputación de la organización.

La correcta gestión de estos riesgos no solo previene consecuencias negativas, sino que, al aplicarse de manera estratégica, puede hacer a una organización más competitiva y resiliente frente a las incertidumbres del entorno.

Para los directores o responsables de riesgos operacionales, es crucial implementar estrategias que aborden los riesgos más críticos de manera estructurada. No se trata simplemente de reducir riesgos puntuales, sino de integrar la mitigación de riesgos operacionales en un programa de control más amplio, alineado con los objetivos estratégicos de la organización y con miras a un control operacional rentable.

A continuación, se presentan una serie de estrategias integrales para mitigar los riesgos operacionales, que te ayudarán a fortalecer la resiliencia y asegurar la continuidad de tu organización.

 

Estrategias clave para la mitigación de riesgos operacionales

1. Identificación y evaluación de riesgos operacionales

El primer paso para mitigar los riesgos operacionales es identificarlos y evaluarlos adecuadamente. Este proceso debe ser integral, involucrando a todas las áreas de la organización para identificar posibles fallas en procesos, tecnología y recursos humanos.

Una evaluación exhaustiva permite:

  • Priorizar los riesgos más críticos: no todos los riesgos tienen el mismo impacto en las operaciones. Es importante priorizar aquellos que podrían causar las mayores interrupciones o pérdidas financieras.

  • Estimar la probabilidad de ocurrencia: junto con el impacto, es esencial evaluar qué tan probable es que un riesgo se materialice. De esta manera, se pueden dirigir los recursos hacia los riesgos con mayor probabilidad y gravedad.

  • Tomar decisiones más informadas: gracias al uso de herramientas útiles para visualizar y priorizar los riesgos en función de su impacto y probabilidad, como puede ser una matriz de riesgos. Esta matriz permite decidir qué riesgos deben abordarse de inmediato y cuáles pueden ser gestionados con un enfoque preventivo.

 

2. Fortalecimiento de los controles internos

Una estrategia integral de mitigación de riesgos operacionales incluye el fortalecimiento de los controles internos de la organización. Estos controles abarcan procedimientos y sistemas diseñados para evitar, detectar o corregir fallos operativos antes de que se conviertan en incidentes graves.

Algunas medidas clave para fortalecer los controles incluyen:

  • Automatización de procesos críticos: automatizar tareas repetitivas o propensas a errores reduce la dependencia en el factor humano y disminuye el riesgo de errores operacionales.

  • Auditorías internas regulares: realizar auditorías periódicas permite identificar debilidades en los controles antes de que ocurran incidentes significativos.

  • Revisión de políticas y procedimientos: asegurarse de que las políticas de operación estén actualizadas y alineadas con las mejores prácticas es crucial para mitigar riesgos.

 

3. Implementación de planes de contingencia

Ninguna estrategia de mitigación de riesgos está completa sin la implementación de planes de contingencia.

Estos planes aseguran que la organización esté preparada para enfrentar una interrupción operacional, sea causada por un desastre natural, una falla tecnológica o cualquier otro tipo de riesgo. Un buen plan de contingencia debe incluir:

  • Definición de responsabilidades claras: cada miembro del equipo debe saber qué hacer en caso de una crisis para garantizar una respuesta rápida y coordinada.

  • Plan de continuidad del negocio: este plan debe asegurar que los procesos críticos puedan continuar funcionando, aunque sea de forma limitada, durante una crisis.

  • Pruebas periódicas: un plan de contingencia no tiene valor si no se prueba regularmente. Las pruebas deben simular distintos escenarios para verificar que el plan sea efectivo y actualizarlo según sea necesario.

 

4. Uso de la analítica avanzada para anticiparse a los riesgos

La analítica avanzada juega un papel fundamental en la mitigación de riesgos operacionales, especialmente cuando se trata de riesgos cuantitativos.

Gracias a plataformas especializadas, como tecnología GRC (Gobierno, Riesgo y Cumplimiento), ERM (Enterprise Risk Management, o para gestión de riesgos organizacionales) o TPRM (Third-Party Risk Management, o para gestión de riesgos de terceras partes o proveedores), las organizaciones pueden analizar grandes volúmenes de datos en tiempo real para identificar patrones que indiquen posibles riesgos.

Algunas de las capacidades clave de estos desarrollos son:

  • Modelos matemáticos predictivos: estos modelos permiten anticipar problemas operacionales antes de que se materialicen con base en datos, lo que brinda a los responsables de riesgos la capacidad de tomar medidas preventivas de manera más precisa.

  • Análisis de tendencias: las herramientas analíticas pueden detectar tendencias que pasen desapercibidas para el ojo humano. Por ejemplo, un aumento gradual en los tiempos de procesamiento en un área crítica puede ser un indicativo temprano de un fallo inminente.

 

El uso de la analítica avanzada no solo permite mitigar riesgos de manera más efectiva, sino que también optimiza el uso de recursos, al dirigirlos de manera más precisa hacia áreas de alto riesgo.

 

5. Gestión de terceros

Un área clave en la mitigación de riesgos operacionales es la gestión adecuada de los terceros que participan en la operación de la organización.

Proveedores, contratistas y socios comerciales pueden representar riesgos importantes si no se gestionan correctamente. Es fundamental evaluar el desempeño y la confiabilidad de terceros para garantizar que no comprometan la estabilidad de las operaciones. Las estrategias incluyen:

  • Evaluación de riesgos de terceros: realizar auditorías y monitorear el desempeño de los proveedores es crucial para detectar problemas antes de que afecten las operaciones.

  • Contratos claros y estrictos: establecer acuerdos contractuales que incluyan cláusulas de mitigación de riesgos y responsabilidad en caso de fallos operacionales.

  • Planes de contingencia con proveedores: asegurarse de que los proveedores críticos también cuenten con planes de contingencia alineados con los de la organización.

 

Gestión de riesgos como parte del programa de control integral

La mitigación de riesgos operacionales no debe considerarse una actividad aislada. Para que las estrategias presentadas sean efectivas, deben formar parte de un programa de control de riesgos integral que contemple tanto los riesgos operativos como los estratégicos y financieros.

Este enfoque holístico permitirá:

  • Madurar progresivamente el control de riesgos: a medida que la organización implementa estas estrategias, su capacidad para anticipar, mitigar y gestionar riesgos será más robusta y efectiva.

  • Mejorar la toma de decisiones: con una visión completa de los riesgos, los líderes podrán tomar decisiones informadas que no solo prevengan problemas, sino que también impulsen el crecimiento.

  • Garantizar la resiliencia a largo plazo: un programa de control de riesgos bien estructurado asegura que la organización pueda adaptarse y responder rápidamente a los cambios del entorno y las nuevas amenazas.

 

La mitigación de riesgos como ventaja competitiva

Lejos de ser solo una medida preventiva, la mitigación de riesgos operacionales puede convertirse en una fuente de ventaja competitiva.

Las organizaciones que gestionan sus riesgos de manera eficaz son más resilientes y capaces de enfrentar crisis con agilidad.

Además, una gestión de riesgos sólida y comprobable puede tener un impacto directo en el retorno de inversión (ROI), al reducir costos operacionales, evitar pérdidas financieras y garantizar un control operacional rentable.

Al demostrar un enfoque proactivo y eficaz en la mitigación de riesgos, las organizaciones pueden ganar la confianza de sus clientes, mejorar su reputación y destacar en mercados competitivos.

 

Todo sobre la gestión de riesgos operacionales

La mitigación de riesgos operacionales es una tarea continua que requiere un enfoque estratégico, proactivo y bien estructurado.

Integrar estas estrategias en un programa de control de riesgos más amplio no solo fortalece la operación de la organización, sino que puede convertir la gestión de riesgos en una ventaja competitiva que impacte directamente en su éxito.

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