En el dinámico entorno de negocios de hoy, especialmente en mercados emergentes como el latinoamericano, los directores de riesgo enfrentan el constante desafío de equilibrar la innovación y proactividad en la identificación de riesgos potenciales con su control en la operación diaria.
Una pregunta clave siempre es: ¿cómo me aseguro de evitar el riesgo, sin por ello obstaculizar el crecimiento y la expansión de la organización? Analicemos algunas estrategias probadas y métodos efectivos para ponernos en el camino hacia la gestión de riesgos eficiente y estratégica.
El primer paso crítico en la gestión efectiva de riesgos es el desarrollo de un marco de control sólido. Este debe guiarse por los objetivos estratégicos del negocio y tener una definición explícita de la tolerancia al riesgo.
Establecer estos parámetros asegura que todos en la organización tengan una comprensión común de lo que se busca alcanzar y los umbrales de riesgo aceptables. Es desde este paso fundacional, que determinaremos los parámetros que nos permitirán decidir qué riesgos es necesario correr y cuales resultarán innecesarios.
La tolerancia al riesgo se define como el nivel de riesgo que una organización está dispuesta a aceptar en la persecución de sus objetivos. Esta se determina en función de la estrategia de negocio, los objetivos y la cultura organizacional.
Además, es fundamental desarrollar criterios uniformes para evaluar tanto la probabilidad como el impacto de los riesgos identificados. Esto permite una comparación objetiva y facilita la toma de decisiones informada sobre las distintas tipificaciones de los riesgos.
Utilizando herramientas como el análisis BIA (Bussines Impact Analysis), el FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas), el PESTEL (Político, Económico, Social, Tecnológico, Ecológico y Legal), el análisis de escenarios o la evaluación de riesgos basada en procesos, por mencionar solo algunos ejemplos, los directores pueden identificar un espectro amplio de riesgos organizacionales.
La clave está en hacerse preguntas críticas sobre la probabilidad de ocurrencia y el impacto potencial en la organización, siempre considerando la alineación con la tolerancia al riesgo y los objetivos estratégicos.
No todos los riesgos merecen el mismo nivel de atención. La evaluación, toda vez que se cuidó la objetividad de los criterios de evaluación, permitirá la priorización correcta, basada en el impacto potencial y la probabilidad.
Ayuda a enfocar los recursos en aquellos riesgos que representan las amenazas más significativas para los objetivos estratégicos de la compañía.
Todos lo pasos anteriores nos llevan aquí, a determinar qué riesgos será necesario correr para crecer, y cuáles no. De esta manera, estaremos seguros de estar aportando un valor estratégico, que va con el momento que vive el director de riesgos de hoy.
Aquí ubicaremos a los riesgos innecesarios, y haremos lo necesario para evitarlos. Para los riesgos identificados fuera de la tolerancia al riesgo, es esencial desarrollar estrategias de mitigación. Estas pueden variar desde la evasión o reducción del riesgo, hasta la transferencia de este o incluso su aceptación, cuando el costo de mitigación supera los beneficios potenciales.
La gestión de riesgos es un proceso dinámico. Implementar un sistema de monitoreo continuo permite la detección temprana de nuevos riesgos y la evaluación de la efectividad de las estrategias de mitigación implementadas.
Promover una cultura que valore la gestión de riesgos en todos los niveles de la organización es crucial. La formación regular y la comunicación sobre la importancia de la gestión de riesgos son fundamentales para su éxito.
La adopción de software de gestión de riesgos puede automatizar y facilitar la identificación, evaluación y monitoreo de riesgos, proporcionando una visión en tiempo real que permite tomar decisiones basadas en datos; esto, más consultoría experta que te ayude a transformar esos datos en información, es crucial.
Evitar todos los riesgos no es ni posible ni deseable. Como hemos visto, es crucial identificar a los necesarios (los que aceptaremos, los que valen la pena correr) y los innecesarios.
La gestión de riesgos se centra en identificar y mitigar riesgos innecesarios mientras se aceptan aquellos que son inherentes o beneficiosos para el crecimiento y la innovación.
Al adoptar estas estrategias, los directores de riesgos pueden navegar eficazmente por el complejo paisaje de riesgos operacionales, asegurando la resiliencia y el éxito a largo plazo de sus organizaciones. La clave está en un enfoque equilibrado que reconozca tanto los desafíos como las oportunidades que presenta el riesgo.
Y hablando de esos retos, te invitamos a descargar el ebook Perspectivas de riesgo para 2024, que te dará panorama sobre algunos de los más preocupantes y cómo afectan a tu organización.