Cuando los riesgos no se han podido gestionar de forma correcta, ya sea porque fueron detectados demasiado tarde o porque no se contó con un plan funcional y efectivo, es momento de ejecutar las medidas necesarias para corregir el rumbo.
Al desarrollar un plan de remediación tienes la posibilidad de conocer de forma certera el comportamiento y los avances correspondientes a las actividades y tareas que le competen a los responsables de las áreas involucradas, entre otros beneficios que abordaremos en este artículo.
Un plan de remediación puede ayudar a las organizaciones a lograr sus objetivos estratégicos, aún si los riesgos ya se han materializado. Para ello, traducir los resultados de una auditoría en acciones puntuales se vuelve fundamental. Aquí 5 beneficios de hacerlo correctamente:
Para el desarrollo óptimo del plan de remediación, es recomendable contar con un equipo de expertos especializados en este ejercicio, ya que implica una serie de pasos que deben ser ejecutados concienzudamente para producir los mejores resultados.
Para comenzar, debes conocer el alcance total de los problemas, es decir, medir la gravedad de las consecuencias en todos los ámbitos: financiero, fiscal, jurídico, reputacional, entre otros.
En ORCA podemos ayudarte a automatizar este proceso, a través de graficar todas y cada una de las vertientes que puedan ocasionar un problema, establecer métricas de control, flujos de información que ayuden a notificar a todos los usuarios, entre otras funciones más.
Conscientes de la magnitud del problema, es importante establecer prioridades que dependen directamente de la gravedad de las consecuencias y tomando en cuenta el tiempo con el que se cuenta para actuar.
Para continuar con el plan de remediación y teniendo definidas las prioridades, es fundamental determinar cuáles departamentos están afectados directamente para actuar de inmediato.
Decide en qué forma se distribuirán los recursos, tanto humanos como económicos y materiales; para esto, es determinante saber cuáles son las posibilidades estructurales y financieras de la compañía, ahí radica la viabilidad del plan.
Antes de ejecutar las acciones de remediación, es necesario establecer un cronograma de remediación y prevención, mismo que te permitirá establecer objetivos intermedios que puedan ser monitoreados, tanto en tiempo como por resultados.
Para que el plan de remediación tenga sentido, es necesario que las acciones que se tomen se vean reflejadas de forma inmediata en los principales puntos del cronograma, ya sea desde cambios en los estatutos de la compañía o en las medidas disciplinarias que se juzguen pertinentes, según sea el caso.
Es necesario que se definan las responsabilidades de cada elemento en torno a un problema o conflicto; se trata de reparar los daños e impedir que vuelvan a suceder.
Recuerda que el plan de remediación no ha sido cubierto hasta que se verifican todas las posibilidades establecidas previamente en el mapa, así como las que sean detectadas durante el camino.
Según estadísticas, 8 de cada 10 empresas utilizan consultores externos, tanto para hacer análisis de riesgos, como para integrar las juntas que definan un plan de remediación, esto es porque ofrecen objetividad en sus criterios, así como resultados medibles.
Dicho lo anterior, es recomendable contar con un proveedor de servicios que cuente con la capacidad y experiencia para beneficiar a tu empresa, garantizando calidad e imparcialidad. En ORCA, podemos ayudarte, contáctanos haciendo clic en la imagen debajo y hablemos hoy.