En los últimos años, el cumplimiento normativo ha experimentado una transformación significativa, alejándose de su papel tradicional como un mero trámite legal y convirtiéndose en un componente estratégico fundamental para las organizaciones.
El cumplimiento normativo ya no es solo una lista de verificación que se debe completar; ha evolucionado hacia un enfoque proactivo que abarca una serie de dimensiones diversas, desde la ética empresarial hasta la gestión de riesgos misma en la que, cada vez más, es conveniente enmarcarla. En este artículo, exploraremos esta evolución y analizaremos las tendencias clave que definirán el cumplimiento normativo en 2024.
Evolución del cumplimiento normativo a través del tiempo
Decíamos que el cumplimiento normativo ha avanzado desde ser una tarea puramente legal hacia un enfoque más holístico y estratégico. Las organizaciones están reconociendo la importancia de gestionar el cumplimiento de manera proactiva, y esto se refleja en la creación de roles especializados, como las vicepresidencias de gestión de cumplimiento en las grandes corporaciones, o para organizaciones de menor tamaño, la de los oficiales de cumplimiento (CCO o Chief Compliance Officer por sus siglas en inglés), que no solo se centran en el aspecto legal, sino que también abordan cuestiones éticas y diversas dimensiones del riesgo.
Si bien esta evolución es evidente en diversas industrias, el sector bancario y financiero ha liderado el camino al adoptar un enfoque más avanzado en la gestión del cumplimiento normativo. Las instituciones financieras han establecido estándares rigurosos y roles dedicados para garantizar el cumplimiento normativo y mitigar los riesgos asociados, al ser una de las industrias con mayor vigilancia dado la naturaleza de los recursos que maneja.
Desafíos en el cumplimiento normativo
La gestión del cumplimiento normativo no está exenta de desafíos, y estos desafíos se han vuelto aún más complejos en un entorno organizacional en constante cambio. Tres desafíos clave merecen especial atención:
- Obligaciones diversas: las organizaciones, especialmente aquellas que operan en múltiples jurisdicciones, se enfrentan a una maraña de regulaciones y obligaciones diversas. Coordinar y cumplir con estas diferentes normativas puede ser un desafío logístico y estratégico, al encontrarse incluso en muchas ocasiones incongruencias o contrariedades de un área de operación a otra (en especial cuando hablamos de diferentes países), por lo que el responsable de cumplimiento debe hacer una suerte de jerarquización y de lectura profunda sobre las regulaciones para saber qué aspecto debe ser ponderado sobre el otro.
- Revolución tecnológica: el rápido avance de la tecnología plantea implicaciones significativas en las regulaciones. Las organizaciones deben adaptarse a la innovación tecnológica y comprender cómo afecta su cumplimiento normativo. En este punto hay una doble vista: por uno, el desafío que implican en sí mismas las nuevas tecnologías y las implicaciones legales y regulatorias que conlleva su implementación; pensemos en el caso de los datos de los clientes de una institución de banca múltiple, y todas las regulaciones que se desprenden para poder tratarlos con la máxima confidencialidad que merecen.
Por otra parte, está la resistencia a la implementación de la tecnología en gestión de cumplimiento normativo: pasar de los libros de Excel a otras plataformas especializadas en el tratamiento integral del compliance es también una cuestión de cambio organizacional, y quien se haya enfrentado a ello sabrá que hay resistencias, “siempre lo hemos hecho así y funciona”, y argumentos de ese tipo suelen encubrir una falta de confianza en la destreza técnica que implica aprender una herramienta más. Afortunadamente, estas plataformas son cada vez más intuitivas y fáciles de manipular, y tanto la inversión como las curvas de aprendizaje son cada vez menores.
- Alineación estratégica: la gestión del cumplimiento debe estar alineada con la estrategia organizacional; incluso hay organizaciones que, debido a la naturaleza de su giro, hacen de la gestión del cumplimiento normativo un objetivo estratégico en sí mismo; esto es totalmente posible de llevar a cabo, ya que puede medirse a través de KPIs, al formar parte de los OKRs de cumplimiento. El desafío aquí es el de llevar un tema visto durante muchísimo tiempo como algo meramente administrativo a un nivel más bien estratégico, y contar con el apoyo e involucramiento de la alta dirección.
Tendencias en cumplimiento normativo para 2024
El 2024 se presenta como un año de continuos cambios en el ámbito del cumplimiento normativo. Aquí, exploramos cuatro tendencias que marcarán la pauta en el terreno regulatorio:
- Inteligencia artificial, aprendizaje automático y automatización: la automatización ya es una pieza central en la gestión del cumplimiento, sobre todo en organizaciones de gran tamaño. Sin embargo, la inteligencia artificial y el aprendizaje automático comenzarán a abrirse paso en el sector, prometiendo que permitirán la detección temprana de problemas y la optimización de procesos, lo que reducirá el riesgo y mejorará la eficiencia. Queda por ver los temas éticos y de responsabilidad social que esto implicará y, precisamente, las nuevas regulaciones que habrá que cumplir: recientemente a fines de octubre se firmó la Declaración de Santiago por la Cumbre Ministerial y de Altas Autoridades de América Latina y el Caribe, que precisamente pretende poner sobre la mesa la cuestión ética detrás de la habilitación de este tipo de herramientas.
- Gestión integrada de riesgo: cada vez más, la gestión del cumplimiento se está moviendo hacia un enfoque más integral, donde se consideran todos los riesgos en conjunto, en lugar de manejar cada riesgo por separado; es decir, que ya no tendremos estos “silos” de riesgo operativo por un lado, por otro riesgo en la cadena de suministro y por allá el riesgo de cumplimiento. Actualmente se impulsa una visión más holística de los riesgos y una mejor toma de decisiones a través de esta visión panorámica que incluya el cumplimiento normativo dentro de la gestión de riesgos integrada.
- Ventaja competitiva a través del cumplimiento normativo: las organizaciones que adopten un enfoque proactivo y efectivo en el cumplimiento normativo pueden utilizarlo como una ventaja competitiva: en la era de la información, lo que representa un riesgo reputacional, si es no solo evadido, sino adoptado de manera temprana y proactiva, refleja un compromiso con la legalidad, el due dilligence y el “buen hacer”, es decir, favorece a la reputación y con ello la confianza de los consumidores e incluso de los inversores, siendo que ambos grupos valoran cada vez más la ética empresarial y la responsabilidad, lo que puede convertirse en un diferenciador en el mercado de cara a adquirir más clientes, pero también con los inversores para ampliar los recursos y aumentar las capacidades organizacionales.
- Sostenibilidad empresarial y ASG: la sostenibilidad y la responsabilidad en Ambiente, Sociedad y Gobernanza (ASG, o más comúnmente ESG, por sus siglas en inglés de Environmental, Social and Governance) son temas críticos en el mundo organizacional actual, en especial para corporaciones con operaciones localizadas fuera de su país de origen, ya que tradicionalmente los jugadores extranjeros han sido vistos como “depredadores de recursos y materias primas”, con una connotación negativa. Así, estas y, en realidad, todas las organizaciones deben poner más esfuerzo en la sostenibilidad de sus operaciones, siempre con un enfoque amable con el medioambiente, y con grandes compromisos con la transparencia. En México, se recomienda observar la Taxonomía Sostenible publicada este año, que es una herramienta, con criterios e indicadores, para evaluar el aporte a la mitigación o adaptación al cambio climático por parte de diversas actividades económicas. Y, así como en este caso, que dicha publicación fue coordinada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), se espera que estas acciones sean de carácter obligatorio, por lo que cumplimiento normativo desempeñará un papel crucial en la integración de prácticas sostenibles y éticas en las operaciones de las organizaciones.
A medida que enfrentamos un futuro lleno de desafíos y cambios, es esencial que las empresas aborden el cumplimiento normativo de manera proactiva y adopten las tendencias emergentes. Las plataformas para una gestión integral de riesgos como ORCA, pueden ayudar a pasar de ver al cumplimiento normativo como un lastre que eliminar, a ser visto como la ventaja competitiva que puede implicar; incluso, puede ayudar a abrazar rápidamente nuevos esquemas, como el de la sostenibilidad, que serán factores clave en el cumplimiento normativo en 2024.
Si deseas otras tendencias en materias de riesgo, te invitamos a hacer clic aquí debajo y descargar nuestro ebook Perspectivas de riesgo para 2024, que recoge las perspectivas de diversos líderes de riesgo sobre cómo pinta el siguiente año para nuestro sector (y sí, hay muchas implicaciones en el terreno legal y regulatorio).