La alta competitividad del mercado actual hace que las empresas den lo mejor de sí para no quedarse atrás, sobre todo en tiempos donde una mala experiencia o expectativa insatisfecha de un clientes o usuario, puede alejar definitivamente a un comprador incluso, a varios.
La situación de los proveedores es la misma: los cambios en el entorno que rodean al negocio pueden ocasionar la salida de los antiguos proveedores o la entrada de los nuevos. Dichos cambios pueden surgir debido a:
La fuerte tendencia de hoy, de la exigencia de los consumidores hacia la inmediatez, y el control que se les otorga mediante la masividad causada por las nuevas tecnologías, no es una exageración; y quizás se debería replicar esta exigencia en el proceso de selección de proveedores en una empresa.
A continuación, ahondaremos un poco más en este aspecto, sobre todo, en la forma en la que se realiza y abordaremos algunas consideraciones de relevancia para este proceso.
Una lección importante para las organizaciones, es el hecho de que prevenir los riesgos y evitar su materialización, es más económico que simplemente esperar a que no sucedan y exponerse a las diversas afectaciones al negocio que esto puede provocar.
Por otro parte, en la cadena de suministro, que es la estructura que soporta los insumos necesarios para la producción, los proveedores son uno de los elementos imprescindibles para su correcta función, por lo tanto la selección de estos debe ser cuidadosa:
Es necesario entonces, analizar los siguientes factores para poder evaluar la calidad de los proveedores y realizar una elección que agregue valor al negocio:
Algunos elementos a tomar en cuenta en la evaluación de nuevos proveedores y que pueden traducirse en ahorros a corto y largo plazo, son:
Los precios entre un fabricante y un distribuidor serán desde luego distintos, como también lo será el nivel de servicio brindado.
La cuestión aquí, está en entender que elegir un proveedor, porque nos da un costo unitario más bajo, puede comprometer los procesos que se desprenden a partir del insumo proveído en la cadena de producción.
Ahorrar desde luego no solo se reduce a una cuestión de no gastar dinero, sino que se trata también de cuidar los recursos limitados; y en este sentido hay que considerar que no existe recurso más efímero que el tiempo.
Tener a más de un proveedor para atender una misma necesidad, insumo o servicio, puede minimizar el riesgo de ser afectado por fallas o interrupciones en los niveles de servicio acordados, contrario a que si se cuenta con un único proveedor.
Sin embargo, un riesgo que se esconde tras esta elección, es que operativamente, con más de un tercero por insumo, se rebasen los recursos asignados a controlar la logística, y en consecuencia, se descuiden aspectos críticos de la relación cliente-proveedor.
Si se determina adecuadamente la cantidad de proveedores, se puede tener lo mejor de ambas opciones, evitando gastos por incumplimiento de acuerdos o, por pedidos urgentes.
La relevancia de los diferentes insumos debe ser definida respecto al core business y, entre más crítico sea este, más cuidadosa debe ser la selección de nuestro proveedor.
Ya sea producto, servicio o experiencia, sí estos tienen mucho peso en nuestra oferta de valor, está claro que no se debe escatimar aquí, tampoco se trata de gastar de más.
No obstante, el ahorro de este punto se puede ver reflejado en la fidelidad de los clientes y la optimización de gastos en mercadotecnia y publicidad.
El riesgo que quizás más han potenciado las nuevas tecnologías es precisamente el reputacional.
En la era digital, nadie es más rápido que los bites y los bytes, y así como esto es una ventaja cuando el viento está a favor, puede ser la tormenta perfecta cuando estamos en el ojo del huracán.
La cuestión con los proveedores es que quienes dan la cara ante los clientes o usuarios finales no son ellos, sino nuestra marca, nuestra gente, nuestro producto; y aquí cabe preguntarse:
¿Cómo los afecta a ellos? Justamente con sus clientes finales, es decir, nosotros.
Indagar la reputación de los proveedores puede ahorrarnos recursos destinados a reparar nuestra propia reputación ante el mercado y público en general.
El control de proveedores es una excelente inversión para ahorrar futuras pérdidas relacionadas con:
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