Descubramos cómo el control interno, dependiente de un marco y modelos de control, ayudar de cara al cumplimiento normativo de las organizaciones. Lo haremos refiriendo a uno de los marcos de control más populares y efectivos en el ámbito corporativo que, desde su última actualización en 2013, sigue estando vigente para ayudar a asegurar que las instituciones alcancen sus objetivos.
Comencemos, pues, por citar uno de los marcos de control interno de mayor aplicación en el mundo: el del COSO 2013, que son las siglas del Committee of Sponsoring Organizations of the Tradeway Commission, una organización de organismos privados, establecida en los EE. UU. y cuya función es la de brindar un modelo común de orientación a las organizaciones sobre aspectos fundamentales de gestión del riesgo empresarial, control interno y presentación de informes financieros, entre otras.
Sus objetivos se centran en la eficiencia y eficacia de las actividades empresariales, incluida la gestión adecuada de recursos financieros y operativos y la protección contra pérdidas.
Para los directores de cumplimiento, esto significa implementar controles que aseguren la alineación de las operaciones con los objetivos estratégicos, como la gestión de inventarios y el seguimiento de indicadores clave de rendimiento (KPIs por sus siglas en inglés).
Veamos sus cinco componentes:
Ahora, veamos algunos de sus objetivos principales.
La fiabilidad y la transparencia de la información financiera y no financiera son cruciales. Los controles deben garantizar la precisión y divulgación oportuna de la información, esenciales tanto para la toma de decisiones interna como para satisfacer las expectativas de stakeholders (partes interesadas) externos. Esto implica procedimientos de reconciliación rigurosos y controles de seguridad de la información, fundamentales en un entorno empresarial cada vez más digital.
Adherirse a las leyes, regulaciones y políticas internas es fundamental para evitar sanciones y daños reputacionales. Los controles en esta área deben ser proactivos, desde el monitoreo de la legislación hasta la capacitación de los empleados en prácticas éticas.
La gestión de cumplimiento en América Latina requiere una comprensión profunda de las normativas locales e internacionales y su interrelación según los tratados con cada país vecino, haciendo que la adaptabilidad y actualización constante sean esenciales.
Para que un sistema de control interno sea efectivo, las organizaciones deben primero evaluar sus riesgos específicos. Después, es crucial desarrollar controles adecuados para el tamaño y naturaleza de la organización y establecer procesos de monitoreo continuo. Esto no solo implica una supervisión rigurosa sino también una disposición para hacer ajustes conforme cambian las circunstancias internas y externas.
El impacto de un sistema de control interno efectivo va más allá de la simple conformidad o compliance: contribuye significativamente al éxito estratégico y operativo de la organización, reforzando su competitividad y resiliencia.
Para los directores de cumplimiento, implementar y mantener este sistema no es solo una responsabilidad, sino una oportunidad estratégica para impulsar el crecimiento sostenible y la estabilidad a largo plazo en sus organizaciones.
Al enfocarse en los objetivos de operaciones, informes y cumplimiento detallados en el marco COSO 2013, las organizaciones pueden navegar con éxito en el complejo entorno regulatorio y de negocios de Latinoamérica, asegurando su prosperidad y sostenibilidad en el futuro.
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