El creciente interés por el compromiso y prácticas sostenibles con el medio ambiente, conductas sociales y de gobierno corporativo en las compañías, ha posicionado el término ESG, por sus siglas en inglés, Environmental, Social and Governance, en el entorno de la gestión y control de riesgos empresariales.
La implementación de una estrategia ESG implica la gestión y control del impacto que la actividad de una organización tiene en el medio ambiente, en su entorno social y en la comunidad, de forma directa o indirecta; así como, la alineación con el gobierno corporativo.
Las organizaciones cada vez incorporan una búsqueda de estrategias y prácticas éticas alineadas a las directrices ESG, ya que el peso de estos principios son clave para el desarrollo, cumplimiento y continuidad de negocio.
Las prácticas ESG han ganado tanta relevancia, ya que han logrado evitar, en gran medida, las evasiones para las empresas que operan de manera riesgosa o poco ética para que, efectivamente, sean responsables de sus acciones y afronten consecuencias.
Continúa leyendo este texto para que sepas cómo una estrategia ESG puede controlar principios o lineamientos, a través de directrices que ya se deben comenzar a seguir y así evalúes cómo el control de riesgos impacta en las prácticas y objetivos de sustentabilidad de tu organización.
Los criterios de una estrategia ESG se refieren a aspectos ambientales, sociales y de gobierno corporativo que se tienen en cuenta al momento de invertir en una empresa.
Aunque puede parecer un tema novedoso, la realidad es que este término se remonta desde el 2004, por lo que en los últimos años se convirtió en la referencia de la inversión socialmente responsable (ISR), cuestión que obliga al mercado internacional a actualizar sus operaciones.
A través de las directrices que se han establecido, se hace evidente las situaciones que las organizaciones deben de considerar y abordar a través de nuevas estrategias.
Como las directrices ESG abarcan las tres variables de aspectos sociales, medioambientales y gobierno corporativo, resumen muy bien las prácticas empresariales dirigidas y complementadas por la sostenibilidad.
Debido al impacto de nuestras acciones, específicamente en el medio ambiente, se está poniendo especial atención para tener regulaciones y lineamientos más ecológicos y eficientes en el uso de recursos naturales en las actividades cotidianas de las empresas.
Una inversión sostenible suma a los criterios financieros las preocupaciones ambientales, sociales y un buen gobierno de la visión ESG. Los criterios de sustentabilidad ESG van sobre esa línea, es decir, aunque la sustentabilidad es un término relacionado con ESG, no exactamente es lo mismo.
Hoy en día la sostenibilidad va mucho más allá de esa definición que incluye la responsabilidad social, y es por eso que se debe complementar con los criterios ESG.
En este sentido, la sustentabilidad corporativa debe de tener un enfoque con valor a largo plazo para clientes, proveedores y todas las partes interesadas, todos alineados en una estrategia comercial que toma en cuenta distintos aspectos como: el ético, social, ambiental, cultural, y económico.
La sustentabilidad es una estrategia comercial, con la protección y el cuidado de las personas y el planeta, que logra el equilibrio entre el crecimiento y las ganancias a largo plazo de una organización.
Este modelo distingue a las empresas que han implementado una estrategia en materia de sostenibilidad, ya que hacen referencia a los factores que convierten a una compañía en sostenible; aceptando un compromiso social, ambiental y de buen gobierno corporativo, sin descuidar sus aspectos financieros.
Por lo que, complementada con la estrategia ESG, se puede concebir a estos principios, no como una tendencia, sino como una realidad que muestra un cambio en la conducta de todos los actores que tienen relación en la organización: inversores, proveedores, directivos, colaboradores y clientes.
Sumado al valor social que aporta una estrategia de este tipo, los criterios ESG ayudan a los inversores y a todos los actores implicados en una organización, a controlar las amenazas financieras consecuencia de operaciones riesgosas, poco éticas, por incumplimientos de compliance ambiental, entre otras.
Dentro de un contexto de inversión, la estrategia ESG relacionada con las finanzas ayuda a las empresas, ya que abarca a todas las partes interesadas de una organización; todo encaminado para ver qué tan sostenibles son las operaciones de la organización con una atención y un cuidado especial en los recursos que se utilizan.
Las acciones y políticas públicas que han surgido tienen la finalidad de incentivar procesos de mitigación y adaptación, con transiciones justas, incluyentes y equitativas.
Una solución integral que contempla la estrategia ESG, además de ayudar a tener un mayor control con el cumplimiento de normativas ambientales, también cobra relevancia como un método extrafiscal para trabajar este tipo de acciones, reduciendo fugas y pérdidas monetarias.
Es esencial para las organizaciones estar alerta con el cambio y cumplimiento de las disposiciones que las rigen que si bien, pudieran no ser obligatorias, son clave para la adaptabilidad y continuidad de negocio, en alineación con estándares internacionales y con la finalidad de generar operaciones de nivel global.
La adopción de una estrategia ESG va encaminada a reportar hechos de sustentabilidad corporativa, una Directiva que entrará en vigor en Europa, a partir del 2024. Esto generará gran relevancia en el mercado global , lo que aumentará el número de empresas interesadas en sus procesos ante esta nueva normativa de sustentabilidad corporativa.
Frente al surgimiento de nuevas necesidades y regulaciones en términos ESG, los directivos deben prestar más atención en las nuevas necesidades y cumplimientos de estándares internacionales.
Es importante partir de un análisis particular basado en el contexto de cada organización, para establecer parámetros de cumplimiento según las actividades de operación y normativa aplicables.
Los pilares ESG son ejemplo de diversas normativas que incentivan y, en algunos casos, ya obligan a las empresas a tener un adecuado cumplimiento de políticas anticorrupción, responsabilidad social y ambiental, seguridad de la información y más; aspectos que a pesar de ya tenerlos en consideración , en algunos casos no se priorizan.
Las empresas, sobre todo las que no cuentan con un Consejo de administración o de alta dirección, el cual funge como un colaborador en el intercambio de información que facilita las discusiones en torno a los criterios ambientales, sociales y de gobernanza toman un papel protagonista en la visión ESG.
En este sentido se añade valor a los Consejos de Alta Dirección a través de la consideración de diferentes perspectivas y experiencias para que se tenga la capacidad de analizar problemáticas desde panoramas más amplios, teniendo un mejor panorama de los intereses de todos los implicados en la organización.
El aspecto más relevante para los Consejos, es la gran variedad de funciones y de conocimientos que pueden adquirir, aspecto que se acentúa cada año y que potencia una propuesta en donde las empresas busquen perfiles capaces de entender cuestiones cada día más complejas.
Implementar la integración de sostenibilidad junto con estrategias ESG en el modelo de negocio, si bien el peso específico que la sostenibilidad cobra en la toma de decisiones va en aumento, todavía no está en los niveles que serían deseables y que, en definitiva, demandan los distintos grupos de interés, incluidos los inversores.
Una asesoría especializada con una solución integral de control, facilita la evaluación para saber dónde se encuentra la organización en cuánto a compliance y objetivos ESG, ayudando a la Alta Dirección en la toma de decisiones estratégicas, para lograr:
Parte importante de las directrices ESG, es que constituirán criterios y cuestionamientos más profundos y precisos a los que existen en la actualidad, lo que propicia un cumplimiento corporativo cada vez más eficaz.
De esta forma las empresas que cuenten con una estrategia ESG tendrán una política real que abarque los 3 pilares: ambiental, social y de gobierno corporativo, para que no sea simplemente una pantalla o un punto de cumplimiento que cubra un efecto distinto como: levantamiento de capital, marketing, transacciones multinacionales, entre otros.
Si bien, aún no es algo estrictamente obligatorio desde una perspectiva legal, es claro que será un eje relevante para la adopción de medidas en las organizaciones a nivel mundial a corto plazo. La realidad es que muchas organizaciones ya se encuentran frente a esta necesidad o interés por adoptar medidas y una estrategia ESG.
ORCA a través de su equipo estratega en control de riesgos te ofrece una asesoría para que sepas qué hacer y cómo lo puedes implementar, para cumplir no sólo con las regulaciones, sino atender cuestiones desde las mejores prácticas que te generen un verdadero valor social, ambiental y de gobierno corporativo.